viernes, 7 de diciembre de 2018

Introducción

Antes de dar paso al estiramiento del serrato anterior o serrato mayor, tanto por parte del fisioterapeuta (pasivo tipo I) como por el paciente (autoestiramiento), vamos a revisar la anatomía de este músculo.

Se trata de un músculo con 10 vientres musculares, cuyo origen común se encuentra en el borde medial de la escápula. Cada vientre se inserta en la cara anterolateral desde la primera hasta la octava-novena costilla. Está inervado por el nervio torácico largo (C5-C7), una rama del plexo braquial.

Se distiguen tres tipos de fibras: las fibras superiores, con dirección ascendente y formadas por los dos primeros vientres musculares; las fibras medias, con dirección más o menos horizontal y formadas por los vientres 3º, 4º y 5º; y las fibras inferiores, con dirección descendente y formadas por los cinco últimos vientres.

Este músculo contribuye a mantener el borde medial de la escápula fijo a la caja torácica, además de producir abducción escapular (campanilleo externo). Las fibras tienen acciones diferentes: las fibras superiores abducen la escápula y producen una ligera rotación de la misma (orientan la cavidad glenoidea hacia arriba); las medias se encargan únicamente de abducir la escápula; y las inferiores, que son las más fuertes, abducen la escápula y producen una rotación de la misma (orientan la cavidad glenoidea hacia fuera).

Serrato anterior o serrato mayor
Fuente de extracción: https://www.anatomiatopografica.com/musculos/serrato-mayor/

Estiramiento, ¿qué es?

Estirar un músculo consiste en elongar sus fibras al máximo, hasta su límite, es decir, separar el origen de la inserción para aumentar la elasticidad y la flexibilidad del músculo.

Aunque la efectividad de los estiramientos no esté plenamente fundamentada en ningún ámbito, la corriente mayoritaria entre los expertos es que su uso a la hora de prevenir y/o tratar una lesión es positiva.

En el ámbito de la Fisioterapia, hay varios casos en los que están indicados los estiramientos, como por ejemplo después de una inmovilización prolongada, para tratar adherecias intra o intermusculares, en caso de haber contracturas,... entre otras. Además, siempre que no haya contraindicaciones, se pueden utilizar terapias adyaventes tales como la masoterapia, la terapia manual articular, la termoterapia (superficial o profunda) o la crioterapia.

Su objetivo es aumentar el rango de amplitud articular, mejorar la sinergia entre la musculatura agonista y antagonista, prevenir la atrofia y/o degeneración tanto muscular como articular por desuso o inmovilización, y mejorar la calidad de regeneración tisular del músculo y del tendón.

Los efectos que se quieren conseguir a nivel terapéutico son los siguientes: aumentar la elasticidad y flexibilidad, ayudar a la reparación tisular de músculos y tendones, mejorar la propiocepción, disminuir el dolor y el tono muscular, y mejorar los planos de deslizamiento profundos.

Hay diferentes maneras de clasificar los estiramientos, como por ejemplo según la tensión aplicada (activa o pasiva). En nuestro caso, el estiramiento que vamos a realizar se denomina pasivo tipo I. Consiste en estirar las fibras musculares a partir de una fuerza externa, ya sea por el terapeuta o por el paciente, sin activación muscular.

Estiramiento pasivo tipo I

Posición inicial:

Paciente en decúbito supino pegado al borde de la camilla del lado que se vaya a tratar, de manera que el brazo quede colgando. El fisioterapeuta se sitúa lateral al paciente, y realiza una toma del brazo para que no caiga por su propio peso y pueda ocasionar daño alguno.

Posición inicial


Posición final:

El fisioterapeuta lleva el brazo del paciente a abducción con una de las tomas y se ayuda con su cuerpo para dar una mayor sensación de seguridad. La otra toma se sitúa en la parrilla costal y se realiza un empuje a caudal, de manera que se estiran las fibras del músculo. Aguantar la posición 20-30 segundos y repetirlo 3 veces. Si el tejido cede, podemos ir estirando un poco más las fibras.

Posición final

Autoestiramiento

Colocamos una silla pegada a la pared, para evitar que se mueva o se desplace. El paciente se coloca en posición de sedestación al borde de la silla y se apoya con las manos en las esquinas de la silla. Desde esta posición, manteniento los codos estirados en todo momento, adelanta el cuerpo hacia delante dando uno o dos paso hacia delante, de manera que las escápulas se junten. Es importante apoyar el peso en las piernas y no en los brazos.

Mantiene la posición de estiramiento entre 20-30 segundos, y repite tres veces sin dolor y respirando con calma.

Autoestiramiento serrato anterior